viernes, 28 de mayo de 2010

La Cosa Misma [1]

La Cosa Misma entendida no solo como el sentimiento de comunidad anterior a la modernidad, sino más bien como el sentimiento de comunidad que ha hecho la experiencia de la autosatisfacción, del goce de si mismo de los individuos, es decir, el sentimiento de comunidad disgregado en singulares. En la página 237 de la FEN ese estado de disgregación, va a hacer la experiencia, va a recuperar la experiencia de lo que había sido en el fondo, la experiencia de ser un espíritu.
Lo que se describe es la experiencia del individualismo moderno de vivir en sociedad, es una descripción “como analítica”, pues se presenta por separado, de manera sucesiva, algo que en verdad ocurre desde el principio de la modernidad. Lo que ocurre como una característica central de la modernidad es el enfrentamiento de la pretensión, la certeza del individuo de ser, de tener ser por sí mismo, la pretensión de ser un singular, con lo que es en verdad, que es el hecho de que vive en sociedad, que en rigor es un efecto no es por si mismo, por lo que va a tener que hacer una dura experiencia: constatar que la realidad de la que está cierto se le escapa de las manos. Él esta cierto de si, esta cierto de su obra, pero va a hacer la experiencia de que él no es capaz de dominar esa certeza.
Muchos pensadores, de posiciones muy diversas, están de acuerdo en estas características de la modernidad, esta es la sociedad en que con mayor intensidad se presenta la confrontación entre los particular y lo universal, entre los intereses del individuo y los intereses de la comunidad, y eso es “malo” porque es el reino animal del espíritu, es la anarquía del mercado burgués, pero es “bueno” porque es la experiencia a través de la cual el individuo moderno va a elevar su pura Certeza (esa confianza ciega en su ser) a Conciencia (Cc) – estoy en sociedad – y después a Autoconciencia (Acc) – ese estar en sociedad me constituye. Después una Acc que se sabe como Cc – soy parte del espíritu. Una Acc que se sabe como Acc – el espíritu tiene su ser en el fenómeno de la religión. Hay hartos pasos que dar, pero el camino:
Hasta el momento la individualidad real es (Esquema 1):
• La Certeza del Individuo y eso es el singular.
• Se va a elevar a la Conciencia del individuo y eso es el singular entre otros singulares.
• Se va a elevar a Autoconciencia del Individuo, pero del individuo, eso es lo que se ha ganado, las sociedades premodernas no tenían. Y esta Acc del individuo es “no soy un singular”, soy un particular en el sentido de que soy efecto de un universal, en el sentido de que la sociedad en la cual estoy me constituye.
Otro camino.
Que la Autoconciencia se sepa como Conciencia: es que este particular ha reconocido ser un particular en el espíritu
Que está Autoconciencia se reconozca a si misma como Autoconciencia, es que el particular hace la experiencia de estar en el fenómeno de la REL.
Cuando comienzan a ocurrir estas cosas el sujeto de la FEN deja de ser un individuo, lo que para el individuo era la Acc como Acc, para la comunidad entera está más atrás en el devenir del espiritu. Hemos considerado al Sujeto como Individuo, pero si consideramos como sujeto al Pueblo, el Pueblo no es protagónico sino hasta la sección Espíritu, en él:
• El Pueblo como Acc se tiene a si mismo como certeza.
• El Pueblo tiene en la REL la Acc como Cc, el pueblo sabe que frente a él esta su representación.
• Solo en el Saber Absoluto el conjunto del Pueblo tiene la Acc como Acc.

Entonces cuando se dice que el Individuo alcanza su Acc, es como decir que el Individuo entendió que su realidad era la realidad de un pueblo. Un particular que es un efecto de un universal.

Y nosotros estamos justo en la transición de la Certeza del singular, a la Consciencia del Singular (página 237).
Cuándo alcanza esa consciencia? Cuando la Cc se experimenta entre otros singulares o experimenta que el goce de su relación, puramente inmediata, con la obra no es suficiente. Y que además es negado por un elemento en que la obra puede llegar a significar lo contrario de lo que era su goce, su inmediatez, su autoreconocimiento.

Esquema 1



Ahora bien, si tomamos justo el momento del singular entre singulares (esquema 1), el asunto es que el singular está en una relación inmediata con su obra. El singular (Esquema 2) hace la experiencia de ser él su obra, hace la experiencia de esa identidad y goza en eso, esa es su vida (vida – lucha – repliegue, como movimientos de la Acc). El singular se ha reconocido a sí mismo, no en la obra sino como obra, la obra no es algo otro que él, es él mismo objetivado. Y ese goce es un momento de certeza “feliz”, ‘yo me realicé en la vida porque hice lo que yo quería’. Y eso que hice al mismo tiempo era expresión de mis dones, de mis facultades.

Esquema 2


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[1] Los esquemas presentados aquí son extractos de la clase N° 6 del año 2010, del Curso de la Fenomenología del Espíritu, dictado por el profesor Carlos Pérez Soto.



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