Este artículo es un aporte de Surfista
A petición de mi amigo Marco Antonio publico este trabajo que surgió sobre mis inquietudes sobre la materia, donde ya he publicado un post sobre su concepto físico y su relación con la metafísica.
Hegel comienza su Filosofía Real diciendo que la Idea como ser determinado en su concepto se le puede llamar la materia absoluta o éter[1]. No tiene sentido su materia porque no es sensible, ya que es un concepto puro aunque es un concepto en sí mismo puro y abstracto. Mientras no se piense en el concepto de materia pura esta seguirá existiendo en sí, como el theos aristotélico que se piensa a sí mismo, pero Hegel introduce esta advertencia ya que la materia al ser pensada pasa a ser parte de la idea de un sujeto y en este caso sería el Espíritu absoluto donde ya ha introducido Hegel el concepto de sujeto que reflexiona y determina lo abstracto de la materia positivando su negación. La idea de theos permanece en Hegel en cuanto explica que la materia absoluta es en sí, como la sustancia aristotélica del theos, una pura conciencia de sí mismo (no es un yo individual), con un ser en sí, pero no está fijada esta materia como ente en una realidad determinada[2]. Ahora bien, esta materia no ex–siste, es decir, no tiene ex–sistencia porque no tiene forma ni naturaleza. Al salir fuera de sí, de su esencialidad interior, es decir, al considerarse extática entonces la materia es naturaleza como positividad de la negatividad del no ex – sistir. En cierta manera, Aristóteles cuando plantea lo extático y desarrolla su unidad conceptual a través del pensamiento, ya estaba claro que el concepto final de la materia tenía que finalizar en la idea de una percepción eidética de la forma, para considerar la positividad de la materia como naturaleza. La inclusión de una idea interior a la percepción de la materia completa la filosofía real de Hegel de base aristotélica, pero ya Aristóteles plantaba el tema de la percepción no de un sujeto pero si una psiqué que permitiera comprender el tiempo a través del movimiento, que en realidad es la materia que se mueve en la unidad del extático. La idea de Aristóteles de la materia es la de un substrato, upokeimenon que es de por sí, pero que teniendo realidad es un concepto abstracto, ya que como sustancia no es algo tangible, sino que mas bien es el fundamento para la procedencia de algo[3]. Para Aristóteles todas las cosas son generadas por la naturaleza y esta naturaleza es la materia primera que tiene la propiedad de generar algo como las cosas, los pensamientos o incluso la técnica, ya que todas contienen hylé o sea materia. Aristóteles introduce el tema de la negatividad como privación en un sentido cuando dice que las cosas se generan por privación por una parte y por la otra al considerar a la materia como potencia o posibilidad del ser actual de un modo sinérgico o extático diría Aubenque. Hegel desarrolla toda su sistemática a partir de este principio de privación de la materia como negatividad de un concepto abstracto, para fundirlo en el espíritu absoluto al conferir a la materia la subjetividad del espíritu y hacerla una. De esa forma Hegel continúa con el desarrollo de la materia como un fuera-de de determinación con la explicación del espacio y su dimensión, el tiempo y el movimiento. Así Hegel explica que el espacio es la primera determinación de la materia y esta es el punto. Es decir, lo que primeramente es espacio una dimensión puntual, es lo que ex –siste que está fuera de la materia en su primera positivdad es el punto. La materia implícita en el sentido de negatividad tiene conciencia de sí misma en cuanto que no está determinada, pero ya no en el espacio, auque esté implícita en el concepto, pero al dejar de ser una negatividad y ser una determinación, que ha salido fuera-de sí, de la materia absoluta o el Espíritu absoluto de Hegel que la materia entonces es el espacio como esencia consciente de sí misma como intuición sensible.
Hegel plantea un problema casi aporético en el pensamiento de Aristóteles en el sentido de que una sustancia que es en sí misma privación y negatividad y a la vez es fundamento de la generación y naturaleza de las cosas, cómo puede salir de sí misma sin pasar de un sitio a otro en un régimen de continuidad. El problema en Aristóteles es que el ente o la verdad de la cosa se queda en sí misma, en su definición o en su esencia, pero no puede sino ser sino una certidumbre para el individuo dentro de una adecuación de límites de la verdadero con lo sensible. Creo que en Aristóteles este problema lo plantea a través de la percepción del tiempo como movimiento, pero Hegel consigue explicarlo y desarrollarlo a través de la idea-sujeto. La propia determinación de la materia es un límite a la conciencia de sí misma y deja de ser en-sí para salir fuera de su estado de conciencia propia hacia un estado de dimensión espacial propio de la cosa. Lo que explica Hegel es que la propia materia determina una conciencia para disponer la materia como espacio y tiempo. En realidad la idea que se propuso cuando se describía el concepto de materia física era que la misma había creado al hombre para que a través de su percepción en cuanto era onda o partícula le confiriera una dimensión espacial. Por eso la percepción está ligada íntimamente al concepto de materia como complementariedad de su recíproco, es decir, no hay materia sin percepción ni percepción sin materia. Parece que esta afirmación procedería de Berkeley o Hume sino fuera porque no es solo el ser lo percibido sino que la percepción es la propuesta de la materia para la limitación y determinabilidad del espacio sin la que no puede ex –sistir. De ahí que la materia cuando es pensada no en ella misma sino ella misma desde fuera-de sí lo que produce su determinación, que en realidad es la intuición sensible de una dimensión por diferenciación y su absoluta posibilidad de diferenciación, a lo que Hegel llama ser externalizado, ya que está fuera de la materia pero en la idea absoluta, ya que ambos momentos, determinación del ser externo y conciencia de sí son las diferentes caras de la misma moneda[4].
Ahora bien, cuando Hegel habla de espacio, ya incluye varios momentos de diferencia recíproca en convivencia con ellos mismos en la dimensión espacial del continuo espacio, pero en su propia negatividad que procede de la materia. En realidad, y como buen conocedor de lo griego que es, aquí está elaborando dentro de su propia sistemática el concepto de reciprocidad de Anaximandro dentro de su propio horizonte hegeliano. Para Hegel, la dimensión espacial presenta tres momentos, que en primer lugar es la negatividad del espacio y su determinación para superarse a sí mismo. Esta superación del espacio anterior supone otra negatividad anterior para un nuevo espacio, que sería el segundo momento y el tercero sería un aspecto neutro de superación y casi de reposo de la dimensión. En realidad, cada momento es un salir fuera del propio momento, como una realidad extática de cambio recíproco, o en términos hegelianos de negatividad-positividad que dará lugar a ese momento neutro de la dimensión espacial, que por otro lado es extática debido a que los propios momentos de superación son extáticos en sí mismos por la propia determinabilidad de la negatividad y posterior superación del espacio anterior y nuevamente extático. La dimensión extática neutra nos es ni más ni menos la unidad estructural del extático al que todavía no se le ha añadido ni el tiempo ni el movimiento, pero sí que se constituye por una materia con una posibilidad de determinación dinámica.
La negatividad de la materia aparece en la determinación y cuantificación de la dimensión en el espacio, es decir, ha salido de él como diferencia determinada, y que a partir de las extensiones del espacio en la dimensión es lo que Hegel explica como diferencia intendida. Dice Hegel que el espacio es la cuantificación inmediata del ser determinado inmanente, diferenciada, a través del fuera de sí de la materia paralizada, pero que una vez fuera es tiempo. Para Hegel el tiempo es la negatividad del ser determinado que ha dejado de ser, es decir, la misma inmediatez con que ha pasado a ser positividad determinada pasa a ser el infinito abstracto un no ser de su propia contradicción, por oposición. En realidad, casi se podría expresar que la materia desde el punto de vista de la negatividad del espacio y el tiempo en la misma perspectiva de dejar de ex -sistir en el momento de la determinación del espacio, se puede hablar de una relación en el que ambos comparten la oposición con respecto al espacio y equivalen al ser mismo de la negatividad. Puede que el tiempo y la materia en Hegel sean lo mismo en cuanto pertenecen a ese espíritu abstracto de infinitud.
Hegel plantea la superación del tiempo en sí mismo como dimensiones de negatividad, es decir, en el mismo momento que es ahora-presente ya ha superado el futuro[5] que viene convirtiéndose en presente y este presente se supera al convertirse en pasado. Estas son las dimensiones del tiempo, que no son las posiciones del espacio, pero son negatividades del punto, la línea o la extensión como direcciones y diversidades, superaciones. En realidad para Hegel las dimensiones del espacio y del tiempo son superaciones y diversidades de la materia de esta como negatividad. En sí mismas las categorías de espacio y tiempo contienen su negatividad en cuanto que son determinadas como uno. Ahora bien, si cada una de estas categorías son negatividades y no tienen subsistencia ni sustancia en sí, ya que como hemos visto son diversidades y momentos de la negatividad determinada dimensionalmente, y a la vez tanto el espacio como el tiempo son resultados de ellos mismos, entonces cuál es su relación con lo real. Esta claro que su relación abstracta es la materia, ya que de hecho Hegel explica que lo indeterminado es la materia pero que cuando es pensada y es ya tiempo y espacio ya hablamos de la determinación de espíritu. En la realidad para que haya una sustancia o subsistencia de la determinación del espacio y del tiempo se necesita de la duración dice Hegel[6]. Y esto es ya lo que explica Suárez en relación a la existencia de la sustancia, es decir, el modo inmanente de pensar la existencia o subsistencia de la negatividad del no-ser es la duración, concepto que por otra parte aparece muy claramente explicado en las Disputaciones Metafísicas. La idea de la duración intrínseca que explica Suárez no es otra cosa que la explicación de la posibilidad o potencia del movimiento en la unidad estructural del extático a partir del movimiento. Es la sinergia entre posibilidad-movimiento en el tiempo o la trilogía dunamis-kinesis-xronos lo que significa la duración intrínseca en Suárez y que Hegel y Bergson se encargarán de desarrollar en su pensamiento filosófico.
Hegel se refiere a esto en relación al ser determinado en un lugar, lleva implícita su negatividad en cuanto no-ser en el mismo lugar, pero que deja de ser suyo en cuanto es relativo con respecto al ahora. El lugar de la “determinidad” del ser es ahora futuro en cuanto no-ser y antes. Por eso que en realidad en cuanto al lugar hay tres lugares diferentes con respecto a la “determinibilidad” del ser, el que ocupaba que es un después, el del futuro que es un antes y el del presente que es un ahora. Pero si aceptáramos esta premisa entraríamos en la dialéctica que explicó Zenón con respecto a la inmovilidad del movimiento. Así el lugar dice Hegel es mas bien un lugar general con respecto a la duración y todas sus acontecimientos[7]. Con esto expone Hegel la simple sustancia se explica a través de la duración, que con sus momentos son una unidad de tiempo y espacio, que su realidad es la sustancia general. Esta duración en esencia es movimiento, que para Hegel es la verdadera alma del mundo. En realidad para Hegel es el sujeto como sujeto o el yo como yo, siempre en relación al movimiento. Una idea que nos acerca al pensamiento de Bergson en cierta forma, a pesar del interés por desmarcarse este de aquel. Si en la realidad de la sustancia aparece el movimiento como sujeto, y este es la mediación de la materia, ya vemos que movimiento, sujeto y sustancia son tres conceptos unidos en cuanto que se comprenda la importancia del movimiento en el pensamiento de Hegel y Bergson. Por eso Hegel dice que la duración es movimiento al igual que Bergson, aunque este lo extiende a la intuición. Hegel implica al tiempo como duración y movimiento la negatividad del ser determinado, al igual que Bergson que explica que lo que entiende la intuición de la duración es la negatividad de las formas o del ser determinado. Tampoco hay que olvidar que la esencia del extático es el movimiento que da lugar a lo que hay en el tiempo. Si bien Aristóteles no habla de dimensión sí que establece la relación estructural entre potencialidad movimiento tiempo cambio en lo que existe de un modo intrínsecamente y que da lugar a lo que hay, que sería la unidad estructural de lo extático y que posteriormente Suárez hablaría de duración intrínseca de la existencia.
En resumen, el desarrollo de la materia y la dimensión en Hegel nos hará comprender la negatividad del ser con respecto al espacio y al tiempo y que la duración es la superación de la negatividad de la materia. La solución que propone Hegel a través del sujeto para comprender la verdad de la materia a través de la determinación de los límites propuesto por el sujeto, continúa con la dimensión de una negatividad fuera de sí, donde la misma percepción comprende que el espacio y el tiempo son negatividades de determinación y superación. No existe un momento de estabilidad, sino más bien la comprensión de un movimiento inmanente de la materia que escapa fuera de sí y manifiesta su propia negatividad en la misma determinación de la dimensión, ya que esta en sí misma y a pesar de sus momentos de superación es negatividad, al margen de que sea pensada como duración. En realidad, cuando esto ocurre ya estamos dentro de una unidad estructural de la duración intrínseca de la existencia en Suárez y más lejano en el concepto estructural del extático que propuso Aristóteles en su Física y Metafísica, pero con sujeto o Espíritu absoluto, Por ello será necesario describir la materia en Aristóteles y cómo se estructura lo extático, que en realidad es una dimensión estética de percepción del movimiento inmanente, aunque ya he descrito bastante sobre el tema en el blog. Te debde de gustar mucho Hegel amigo Marco si has llegado hasta aquí.
[1] Hegel Filosofía Real pág 5
[2] Ibid. pag 5
[3] Met 1032 a 20
[4] Hegel Filosofía real pág 6.
[5] Ibid pág 13
[6] Ibid pág 14
[7] Ibíd.. pág 16
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